jueves, 30 de diciembre de 2010

Kenneth M. Stampp: Impugnando una leyenda del Viejo Sur de USA (*)


A finales de cada década, los encargados del censo federal reunían una serie de hechos y ejemplos que venían a impugnar la leyenda de las plantaciones del Viejo Sur. Los datos recogidos mostraban que el Sur no era simplemente -ni siquiera de modo fundamental- una tierra de plantadores, esclavos y 'blancos pobres' rebajados. Juntos, estos tres grupos sumaban menos de la mitad de la población total del Sur. La mayor parte de los restantes sureños (y el mayor grupo aislado) eran modestos granjeros independientes de distinto grado de fortuna. Si hubo algo así como un arquetipo de sureño antes del conflicto (1), este pertenecía a la clase de pequeños hacendados que cultivaban sus propias tierras, generalmente sin otra ayuda que la de sus mujeres e hijos. Podía haber dedicado unos pocos acres a cualquiera de los productos básicos que le hubiera reportado una ganancia efectiva,  pero prefería, no obstante, consagrar la mayor parte de su tierra y de su tiempo  a producir medios de subsistencia para su propia familia. Otros grupos menos destacados de sureños eran los que incluían hombres de negocios, profesionales (profesiones liberales), artesanos especializados, administradores, colonos y trabajadores no especializados del campo y de la ciudad.

El Sur de 1860 era aun abrumadoramente agrícola. Cinco de los estados sureños -Carolina del Norte, Florida, Mississippi, Arkansas y Texas- no tenían una sola población que alcanzara los 10.000 habitantes. Nueva Orleans era la única urbe norteamericana verdaderamente sureña. La institución peculiar(2) era así parte de una civilización de tipo agrario.

Si el dominio directo sobre la propiedad de esclavos hubiera sido el único modo de que los sureños hubieran llegado a verse personalmente implicados en el sistema de la esclavitud, un relativamente escaso número de ellos se hubiera interesado por su mantenimiento. En 1860, existían en el Sur 385.000 propietarios  distribuidos entre 1.516.000 familias libres (3).  Casi una tres cuartas partes de los sureños libres no tenían relación alguna con la esclavitud ni por vínculos familiares o dominio directo. El sureño 'típico' no era solo un pequeño granjero sino también un no-propietario (de esclavos).

La proporción de familias poseedoras y no poseedoras de esclavos variaba considerablemente según las distintas regiones del Sur. En Carolina del Sur y en Mississippi, la mitad la formaban las familias de propietarios; en Georgia eran dos quintas partes; en Alabama, Luisiana y Florida, un tercio; en Virginia, Carolina del Norte, Kentucky, Tennessee y Texas un cuarto; en Maryland y Misouri, un octavo; en Arkansas, un quinto y en Delaware, una décimotercera parte. Estas mismas variaciones sorprendentes se daban regionalmente dentro de cada uno de los Estados.

Si para figurar en la clase de los plantadores se exigía al menos ser propietario de veinte esclavos, el propietario 'típico' de 1860 no pertenecía a ella, pues el 88% de los propietarios no llegaba a esa cifra, el 72% no llegaba a los diez y casi el 50% tenía menos de cinco. No solo el propietario de esclavos 'típico' no era plantador, sino que el plantador 'típico'  trabajaba con un reducido grupo de veinte a cincuenta esclavos. La aristocracia de los plantadores la componían tan solo unos diez millares de familias que se sostenían mediante el trabajo de grupos de más de cincuenta esclavos. Las familias extremadamente ricas que poseían más de un centenar de esclavos no llegaban a sumar tres millares, mínima fracción dentro de la población total del Sur.
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(Texto tomado de la obra de Kenneth M. Stampp titulada 'La esclavitud en los Estados Unidos', páginas 40-41; traducción de Nicanor Ancochea Millet; ediciones oikos-tau, 1966)

(*) Tïtulo nuestro

(1) Se refiere a la Guerra de Secesión entre el Norte y los Estados Suristas

(2) Así denomina el autor a la esclavitud

(3) Los estados esclavistas (incluyendo el Distrito de Columbia) contaba con una población total de 12.302.000 h.: 8.098.000 h. eran blancos; 3.954.000 h., esclavos y 250.000 h., negros emancipados.
Dice el autor a pie de página que, de no indicarse otra cosa, éstos y otros datos estadísticos que contiene el libro, los ha tomado de las publicaciones de la Oficina del Censo de los Estados Unidos: 'A Century of Population Growth from the First Census of the United States to the Twelfth, 1790/1900' (Washington, D.C., 1909; 'Negro Population in the United States, 1790/1915 (Washington, D.C., 1918)

viernes, 3 de diciembre de 2010

Mía Couto: Sígase

Sígase el proverbio: das el brazo y luego quieren la mano.

Mía Couto en 'Cronicando'