El diestro que toca la muleta
según la condición del adversario,
en los pases avanza el pie contrario;
se ciñe los pitones y se aprieta.
Logrará una ovación justa y completa
si demuestra un valor extraordinario
y cruza los pitones temerarios
al matar, con lo cual, llega a la meta.
Debe arrancar en corto y por derecho,
clavar todo el estoque en el morrillo
y por la cola ha de salir con fé
después de que el pitón le roce el pecho;
este uso de matar, que es muy sencillo,
es el que se llama volapié.
(*) Horacio Álvarez Hernández nació en Santa Clara de Avedillo (Zamora) donde pasa buenas temporadas, si bien está afincado en Gijón (Asturias) Es poeta autodidacta. No solo los poetas consagrados han de figurar en estas páginas. También los escritores del pueblo. Si este hombre, de hoz y arado primero y luego obrero en Asturias, hace esto... que no haría si hubiera tenido tiempo para cultivarse convenientemente.
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