miércoles, 5 de mayo de 2010

Omar Khayyam: Muerte y Vino (*)

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Cuando me borre la Muerte y se endurezca el puñado de mis días, 
he de llamaros, amigos míos, para ser conducido a la sepultura.


En polvo convertido, modelaréis un ánfora que llenaréis de vino.
Acaso... quizás... tal vez entonces, me veréis resucitar alegremente.

__________
(*) Título nuestro
(1) Versión Libérrima

lunes, 3 de mayo de 2010

José Mario Branco (*): Alerta

 .

Canción revolucionaria portuguesa, compuesta e interpretada por José Mario Branco, miembro de la UDP y de los Grupos de Acción Cultural, dirigidos por el Partido Comunista Portugués (Reconstruido), tras el 25 de abril de 1974 en que cayó la dictadura salazarista.
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Pelo PAO que ihes rouba a burguesia
Que os explora nos campos e nas fabricás
Operarios, camponeses, hao de un dia
Arrebatar o pode a burguesia
Abaixo a exploraçao!
Pelo pao de cada dia!
Pois claro!

Estribillo:


Pelo pao e pela paz
e pela nossa terra
pela independencia
 Alerta! Alerta!
as armas! as armas!
Alerta !!

Só teremos a PAZ definitiva
quando acabar a exploraçao capitalista
Camarada soldado e marinheiro
Lutemos juntos pela PAZ no mundo interiro
Soldados ao lado do Povo!
Pela Paz num mundo novo!

Estribillo:


Pelo pao e pela paz
e pela nossa terra
pela independencia
 Alerta! Alerta!
as armas! as armas!
Alerta !!

Pela TERRA que que lhes rouba esa canalla
pos monopólios e grandes proprietários
Camponeses, lutam p'la Reforma Agrária
p'ra dar a TERRA áqueles que a trabalha
Reforma Agrária faremos!
A terra a quem a trabalha
Pois claro!

Estribillo:


Pelo pao e pela paz
e pela nossa terra
pela independencia
 Alerta! Alerta!
as armas! as armas!
Alerta !!

Pela  INDEPENDENCIA NACIONAL
contra o dominio as grandes poténcias
Fora imperialismo internacional
que tem nas maos metade de Portugal
Abaixo o imperialismo!
Independéncia Nacional!
Pois claro!

Estribillo:


Pelo pao e pela paz
e pela nossa terra
pela independencia
 Alerta! Alerta!
as armas! as armas!
Alerta !!

Nao há povo que tenha LIBERDADE
enquanto houver na sua terra exploraçao
LIBERDADE nao se dá, só se conquista
Nao há reforma burguesa que resista
Democracia Popular!
E Dictadura Proletária!
Pois claro!

(Canción, traducción y texto aclaratorios tomados del libro 'Cantos de combate y vida'; páginas 34, 35; ediciones JOVEN GUARDIA, // ya desaparecida //; JCE (M-L); C/ Arenal nº 1, 4º 1-28013, Madrid; el año de edición no lo vemos; aunque en lápiz aparece 'Irun 1986'; ignoramos si esa será una fecha correcta, pero podría ser aproximada, el lugar ya se lee que es Madrid)

(*) Ver: http://pt.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_M%C3%A1rio_Branco

lunes, 12 de abril de 2010

José Francisco de Isla: Como garbanzos en olla de potaje (*)

Libro I. Capítulo III: Donde se prosigue lo que prometió el primero


Este tal rico de Campazas, hermano del gimnasiarca, se llamaba Antón Zotes, familia arraigada en Campos, pero extendida por todo el mundo, y tan fecundamente propagada, que no se hallará en todo el reino provincia, ciudad, villa, aldea ni aun alquería donde no hiervan Zotes, como garbanzos en olla de potaje. Era Antón Zotes, como ya se ha dicho, un labrador de una mediana pasada; hombre de machorra, cecina y pan mediado los días ordinarios, con cebolla o puerro por postre; vaca y chorizo los días de fiesta; su torrezno corriente por almuerzo y cena, aunque ésta tal vez era un salpicón de vaca; despensa, o aguapié, su bebida usual, menos cuando tenía en casa algún fraile, especialmente si era prelado, lector o algún gran supuesto en la orden, que entonces se sacaba a la mesa vino de Villamañán o del Páramo. El genio bondadoso en la corteza, pero en el fondo un si es no es suspicaz, envidioso, interesado y cuentero: en fin, legítimo bonus vir de Campis. Su estatura mediana, pero fornido y repolludo; cabeza grande y redonda, frente estrecha, ojos pequeños, desiguales y algo taimados; guedejas rabicortas, a la usanza del Páramo, y no consistoriales como las de los sexmeros del campo de Salamanca; pestorejo, se supone, a la jeronimiana, rechoncho, colorado y con pliegues. Éste era el hombre interior y exterior del tío Antón Zotes, el cual, aunque había llegado hasta el banco de abajo de medianos con ánimo de ordenarse, porque dicen que le venía una capellanía de sangre en muriendo un tío suyo, arcipreste de Villaornate; pero al fin le puso pleito una moza del lugar, y se vio precisado a ir por la iglesia, mas no al coro ni al altar, sino al santo matrimonio. 
 
(*) Título nuestro
 
(De la obra 'Fray Gerundio de Campazas' de José Francisco de Isla, autor más conocido como El Padre Isla)

martes, 30 de marzo de 2010

De arriero me han puesto (*) (1)

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Estribillo:
Arrier m'han posat
amb cinc muletes
tres i dos són de l'amo,
les de més meues!

Si te posen arrier
i les mules són de l'amo,
no vages a treballar
que ell s'ha de quedar els xavos.

Estribillo:
Arrier m'han posat
amb cinc muletes
tres i dos són de l'amo,
les de més meues!

La Maria treballava
huit horetes cada dia
i va agarrar-ne cinc més
per comprar-se una cadira.

Estribillo:
Arrier m'han posat
amb cinc muletes
tres i dos són de l'amo,
les de més meues!

Tu portes sabata i calça
i el teu marit jornaler...
jo no sé com t'ho apanyes,
però del jornal no pot ser.

Estribillo:
Arrier m'han posat
amb cinc muletes
tres i dos són de l'amo,
les de més meues!

Pica que pica la pedra,
marxa li ha pres a la màquina,
quan t'hages fet la nevera,
l'amo es farà una altra fàbrica.

Estribillo:
Arrier m'han posat
amb cinc muletes
tres i dos són de l'amo,
les de més meues!

Qui més pot té més cultura,
ens ho demostra la vida
el que estreba llavors suma
i el que suma multiplica.

Estribillo:
Arrier m'han posat
amb cinc muletes
tres i dos són de l'amo,
les de més meues!

Traducción al castellano:

Estribillo: De arrieron me han puesto / con cinco mulas / tres y dos son del amo / las otras mías.

Si te ponen de arriero / y las mulas son del amo / no te mates a trabajar / que ellos se quedarán los 'cuartos'.

Estribillo: De arrieron me han puesto / con cinco mulas / tres y dos son del amo / las otras mías.

La María trabajaba / ocho horas cada día / y se agarró ocho más / para comprarse una silla.

Estribillo: De arrieron me han puesto / con cinco mulas / tres y dos son del amo / las otras mías.

Tu llevas zapatos y medias / y tu marido es jornalero / No sé cómo te lo haces / todo del jornal no puede ser.

Estribillo: De arrieron me han puesto / con cinco mulas / tres y dos son del amo / las otras mías.

Pica que pica la piedra / marcha de prisa la máquina / cuando te compres la nevera / el amo se hará otra fábrica.

Estribillo: De arrieron me han puesto / con cinco mulas / tres y dos son del amo / las otras mías.

Quien más puede tiene más cultura. / Eso nos muestra la vida / el que es trabajador suma y el que es amo multiplica.

Estribillo: De arrieron me han puesto / con cinco mulas / tres y dos son del amo / las otras mías.

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(*) Canción popular de Valencia

(1) (Canción y traducción al castellano tomada del libro 'Cantos de combate y vida'; ediciones JOVEN GUARDIA; JCE (M-L); C/ Arenal nº 1, 4º 1-28013, Madrid; el año de edición no lo vemos; aunque en lápiz aparece 'Irun 1986'; ignoramos si esa será una fecha correcta, pero podría ser aproximada, el lugar ya se lee que es Madrid)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Cos Cause: Palabras de una anciana cederista

Cos Cause: Palabras de una anciana cederista


Con pasos cortos y leves recorres las esquinas
apoyada en tu bastón torcido y brilloso y en tus convicciones
(usa bastón por vieja costumbre, ella se conserva fuerte)
cubriendo la guardia nocturna de nuestro CDR.

A veces en la noche me siento al lado de tu vejez
de tus arrugas llenas de historias
de tus palabras interesantes
de tu piel bien negra como si un pedazo de madrugada
se hubiera sembrado en ella ramificándose
para que me cuentes
cosas tan lejanas como tus canas
y otras no muy distantes
pero tan nuestras como nuestras carnes y tan sufridas.

Dices con voz ordenadamente triste
que tu padre murió machete en mano
coraje en pecho en el año mil ochocientos noventa y cinco
para evitar que en nuestra tierra
el enemigo depositara sus sombras
dice que el cuerpo ensangrentado de tu hijo mayor
era un himno enorme sobre las arenas de Playa Girón
por eso cuidas esta esperanza
que es cuidar la libertad que nace desde la sangre
de tu padre de tu hijo de tu sangre.
_________

Poesía Libre. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua) Año V. Número 15, diciembre de 1985.

Responsable: Julio Valle-Castillo

Consejo Editorial:
Carlos Calero (Monimbó); Juan Ramón Falcón (Condega); Marvin Ríos (Niquinohomo); Cony Pacheco (Subtiava); Gonzalo Martínez (Bluefields); Gerardo Gadea (Ejército Popular Sandinista)

martes, 23 de febrero de 2010

Oscar Oliva (*): Al volante de un automóvil, por la carretera panamericana de Tuxtla a Ciudad de México

De Tuxtla a Ciudad de México
hay más de 1.000 kilómetros de distancia
más de 1.000.000 de metros
más de 100.000.000 de centímetros

más las piedras
más los árboles

que no se pueden medir, ni contar,
que he recorrido tantas veces,
a tantos kilómetros por hora,
con mucho calor y viento por el Isttmo,
con lluvias torrenciales por el tramo de Veracruz,
que tratan de detener el carro, derribarlo en un barranco,
que he aprendido los nombres de los puentes,
de los axfisiados, hundidos
en las curvas y rectas de la carretera;
que he recorrido por dististos días y meses del año,
en la madrugada, en la noche, en el momento
en que cada tarde es una cigarra volviendo a su funda
primitiva, saltando al revés, a su condición de ninfa,
siente ese cansancio que nos prende la boca con un anzuelo,
que continúa en su hombro,
baja hasta el calcañar de los pies,
y escarba con una cuchara
el cráneo;
todavía siento, cuando voy caminando
de un lugar a otro, en esa trepidación de vida y muerte
a la que nos empuma la gramática o la cólera,
de regreso a casa, abriéndome paso
con un pico o una pala, o cuando
estoy sentado en una silla
o cuando acostado entre las piernas de la que amo,
ese cambio de velocidades, el esfierza del automóvil
al subirt una montaña, entrar a ese nudo de raíces,
el leve mareo al descender
y la velocidad que nos hace tragar el paisaje
o nuestras palabras;
la primera vez que llegué a la ciudad de México
no sabía a dónde dirigirme,
qué esquina cruzar,
era como comenzar un escrito,
estar acodado en una mesa frente a una hoja en blanco,
solo, con los hombros colgados hacia adelante
esperando el disparo que inicia el arranque,
la carrara que hay que ganar
y donde se es el único competidor,
una hoja que ardía en mis manos
como aa veces arden los tiraderos de basura de Santa Cruz Meyehualco
o como los camiones y traanvías en tiempos de rebelión,
que aullaba, que tenía hambre,
iba de un cuarto de azotea a la ciudad universitaria,
con libros bajo el brazo,
haciéndolos pedacitos y tirándolos
por la ventanilla del camión,
contaminando más la ciudad con Kant y Antonio Caso,
y ya sin ellos me bajaba en la mitad del camino,
entrada en una cocina econónima de las calle de Academia,
o a una cervecería
y en la noche a bailar a La Perla,
más tarde sentía la humedad de la muchacha
que se había acostado conmigo
una humedad que iba creciendo
como un universo en expansión
en unos cuantos metros cuadrados,
en unos cuantos metros cúbicos de aire;
y yo escribía en las bardas de la ciudad,
ampliaba el territorio, mi radio de acción,
entraba a calles espantosas
donde la gente se arrastraba,
desempleados que no tenían para comer,
rateros, tal vez criminales
que alargaban sus ojos hasta mi casa,

... (1)

en la mansión de Lo que el Viento se llevó,
ya es tarde, ya es tarde, nos decía la claridad,
se hacía la luz en la sala de cine,
había que ir a cenar y atravesar de nuevo el zócalo,
despedir a la amiga en la puerta de su casa,
después subir a la calle de Guatemala,
a dos cuadras dar vuelta a la derecha,
llegar de nuevo al poema recién comenzado,
entrar de nuevo a la expedición del sueño,
ir recogiendo muestras de distintos materiales,
para bajar de nuevo a la calle
al escuchar el ruido de los camiones
de carga y descarga, las voces de los vendedores ambulantes,
de los recogedores de basura,
de los niños que van a la escuela,
subir a un camión de pasajeros
junto a obreros y obreras,
el chofer lleva el radio encendido a todo volumen,
es difícil de llegar hasta la puerta de bajada del camión,
se toca el timbre, se prende un foco rojo al lado del volante,
caminar sin rumbo fijo por la estación de San Lázaro,
ver pasar un tren
que a la tierra arrancara su estructura
en seis de sus vagones una letra
que conforman la palabra H U E L G A
esos materiales que llevo en los bolsillos
los comparo con los que voy viendo en la calle,
llego hasta un puesto de jugos y pido uno de naranja,
los ferrocarrileros al pasar levantan el puño y saludan,
yo los saludo
parecen decirnos
la realidad son estos puños,
este tren,
el jugo de naranja ilumina todo mi cuerpo,
llego al sitio de reunión,
los cinco poetas están sentados alrededor de una mesa
alguien lee un poema, yo los observo
"tienen la edad que yo tenía cuando los conocí", pienso
se ha quedado inmóviles fijos como en una fotografía
en actitud de golpear la mesa,
con el lápiz en las manos,
con una copa al lado de cada uno,
tienen la edad de nuestros hijos,
edad que ha pasado vertiginosamente,
tal como el descenso por las montañas de Oaxaca,
donde parece que la carretera engendra otra carretera,
donde el menor descuido puede llevarte al precipicio,
donde parece que los frenos no responden,
se ha perdido el control del auto,
llego hasta la fotografía y la cuelgo en una de las paredes de mi casa,
llego por primera vez a la ciudad de México,
soy un hombro más de la mulitud al dar un paso,
gases lacrimógenos me hacen rabiar,
trenes descarrilados o incendiados en las terminales,
las vías levantadas, y el ataque
del ejército, policías y granaderos
en formación a paso de batalla,
el zócalo reducido a un culatazo en la frente,
vendrán otras batallas, nos decía José Revueltas,
los ferrocarrileros pasan frente a mi levantal el piño y saludan,
salen de una cárcel para entrar en otra,
pasan a la ilegalidad, a sus escondrijos,
tomo nota, apunto todo esto,
no soy mas que un cronista,
que ha visto caer a sus amigkos,
que ha enterrado a sus muertos,
que se ha bañado de viento,
lleno de contradicciones y fantasmas,
de asperezas y afirmaciones,
con la espalda remendada tantas veces,
de nuevo amando, avizorando el futuro
que estan difícil retener en la frente del telescopio,
negando ese futuro, de nuevo odiando,
de nuevo comenzando, en fin
iniciando el viaje partiendo del mismo lugar,
dirigiéndome al mismo lugar,
descendiendo por la carretera, frenando,
tocando el claxon, haciendo cambio de luces,
cambiando de velocidades, atento
al deslizamiento de las llantas, poniendo
en acción los limpadores del parabrisas,
vigilando la aguja que marca el contenido del tanque de gasolina,
bajando a gran velocidad, en fin
hasta llegar al lugar donde estoy sentado escribiendo,
al final de todo,
esperanzado,
frenando bruscamente
para no atropellar todo lo que llevo escrito
y a mi mismo.
Para continuar ascendiendo y descendiando.

_______________
(*) Poeta mexicano

(1) Los puntos indican que se corta el poema ahí, pues en la revista la página siguiente está en blanco
__________
Poesía Libre. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua) Año V. Número 15, diciembre de 1985.

Responsable: Julio Valle-Castillo

Consejo Editorial:
Carlos Calero (Monimbó); Juan Ramón Falcón (Condega); Marvin Ríos (Niquinohomo); Cony Pacheco (Subtiava); Gonzalo Martínez (Bluefields); Gerardo Gadea (Ejército Popular Sandinista)

viernes, 12 de febrero de 2010

Roque Dalton: Siempre vieron al pueblo... (*)

Roque Dalton: LOS POLICIAS Y LOS GUARDIAS

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Siempre vieron al pueblo
como un monton de espaldas que corrían para allá
como un campo para dejar caer con odio los garrotes.

Siempre vieron al pueblo como el ojo de afinar la puntería
y entre el pueblo y el ojo
la mira de la pistola o la del fusil.


(Un día ellos también fueron pueblo
pero con la excusa del hambre y del desempleo
aceptaron un arma
un garrote y un sueldo mensual
para defender a los hambreados y a los desempleadores.)

Siempre vieron al pueblo aguantando
sudando
vociferando
levantando carteles
levantando los puños
y cuando más diciéndoles: "Chuchos hijos de puta el día les va a llegar".

( Y cada día que pasaba
ellos creían que habían hecho el gran negocio
al traicionar al pueblo del que nacieron :
"El pueblo es un montón de débiles y pendejospensaban
qué bien hicimos al pasarnos del lado de los vivos y de los fuertes").

Y entonces era de apretar el gatillo
y las balas iban de la orilla de los policías y los guardias
contra la orilla del pueblo
así iban siempre
de allá para acá
y el pueblo caía desangrándose
semana tras semana año tras año
quebrantado de huesos
lloraba por los ojos de las mujeres y los niños
huía de espanto
dejaba de ser pueblo para ser tropel en guinda
desaparecía en forma de cada quién que se salvó para su casa
y luego nada más
soló los Bomberos lavaban la sangre de las calles.


(Los coroneles los acababan de convencer:
"Eso muchachosles decían
duro y a la cabeza con los civiles
fuego con el populacho
ustedes también son pilares uniformados de la Nación
sacerdotes de primera fila
en el culto a la bandera el escudo el himno los próceres
la democracia representativa el partido oficial y el mundo libre
cuyos scrificios no olvidará la gente decente de este país
aunque por hoy no les podamos subir el sueldo
como desde luego es nuestro deseo".)

Siempre vieron al pueblo
crispado en el cuarto de las torturas
colgado
apaleado
fracturado
tumefacto
asfixiado
violado
pinchado con agujas en los oídos y los ojos
electrificado
ahogado en orines y mierda
escupido
arrastrado
echando espumitas de humo sus últimos restos
en el infierno de la cal viva.

(Cuando resultó muerto el décimo Guardia Nacional. Muerto por el pueblo
y el quinto cuilio bien despeinado por la guerrilla urbana
los cuilios y los Guardias Nacionales comenzaron a pensar
sobre todo porque los coroneles ya cambiaron de tono
y hoy de cada fracaso le echan la culpa
a "los elementos de tropa tan muelas que tenemos".)

El hecho es que los policías y los guardias
siempre vieron al pueblo de allá para áca
y las balas sólo caminanba de allá para acá.
Que lo piensen mucho
que ellos mismos decidan si es demasiado tarde
para buscar la orilla del pueblo
y disparar desde allí
codo a codo junto a nosotros.

Que lo piensen mucho
pero entre tanto
que no se muestren sorprendidos
ni mucho menos pongan cara de ofendidos
hoy que ya algunas balas
comienzan a llegarles desde este lado
donde sigue estando el mismo pueblo de siempre
sólo que a estas alturas ya viene de pecho
y trae cada vez más fusiles.

__________
Poesía Libre. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua) Año V. Número 14, marzo de 1985.

Responsable: Julio Valle-Castillo

Consejo Editorial:
Carlos Calero (Monimbó); Juan Ramón Falcón (Condega); Marvin Ríos (Niquinohomo); Cony Pacheco (Subtiava); Gonzalo Martínez (Bluefields); Gerardo Gadea (Ejército Popular Sandinista)

(*) El título es nuestro