Bebe, amigo, mientras aún haya tiempo, el brebaje embriagador.
Marcharás, después, a dormir la mona profundamente bajo tierra.
Allí no tendrás confidente, amigo, no tendrás, ¡ni amante, ni nada!
¡Sé discreto! Y no divulgues este secreto: una vez marchitada,
no reabrirá la flor sus hermosos pétalos, ¡nunca, nunca jamás!
Belleza, frescura y, esplendor ¡estarán perdidos para siempre!
.
(*) Versión libérrima
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario