VII CONCURSO DE POESÍA
Muy poco antes del camino
En el año uno en el día primero
Él, inmerso en sí, engendrado en sí,
Niñez, tortuga mutable y sombra,
Sin olvido... solemne, cuando no
Existían trompeteros ni musas,
Mirando su imagen la primavera
Inmortal, en su por venir héroe
Caminante en mil fangos cenagosos,
Senda, tozudez, retorno quebrado
Como un pirata cojo y mudo al mando
De un carruaje silencioso bello
-un loro bucanero sobre el hombro-
alentó inconscientemente inconsciente
muchos ecos y adentros de rumores;
sin duda una araña que araña un huso
esperanzado en la nada de un instan-
te de otro instante que vuela veleta
búho e inquietud. O puramente esencia.
Sólo quietud.
Juan Gonper (Ávila)
(Primer premio Adultos)
Por lugares de anhelos
Animales sorprendentes
Somos buscando pozos
Donde abrigar nuestros anhelos,
Regalando gestos sin cesar,
Perpetuados en una “skopia”
Del Todo unido, intentando
Construir refugios con ladrillo
Amarillo, poniendo asteriscos
A todo lo viviente, inconscientemente
Buscando el oráculo de Delfos
Entre las mancias y el romero
De los campos,
Oh, cómo buscamos el sentido
Incomún por las aceras más viejas!
Y cómo incubamos extrañas criaturas
En el super-vacío más lento
Y más interno que exista!
Luego la larga curiosidad
Por el Espacio Diurno
Para adornar mejor el solitario
Empeño de un anhelo...
Jesús Calvo de las Heras (Salamanca)
(Segundo premio de Adultos)
Cada día menos
Somos jóvenes dioses
Que cabalgan sobre una canción
Hacia el infinito,
Hacia el límite de una moto desintegrándose,
Fundiéndose con la luz.
Somos jóvenes dioses
Hijos de padres derrotados por la vida,
Maltratados por el trabajo;
Hijos de madres posesivas’
Que nos hicieron lo que somos.
Somos los que no concebimos a Edipo
Sino como un imbécil.
Somos jóvenes dioses
Los de fuertes botas
Para evitar el daño de la vida
Y poder pisar fuerte
Sin dolor innecesario.
Somos jóvenes dioses
Cada día menos jóvenes
Cada día menos dioses.
Enrique José Fernández Claro (Zamora)
(Primer premio Jóvenes)
Arde
Mientras arde, todo arde,
La gente corre enloquecida
Y el mundo arde.
Las manos que ayer se saludaban
Hoy son máscaras que no se conocen
Y todo arde.
Las calles se quedan vacías,
Los gritos se alejan y el humo
Que parece apagarse,
Nos enseña un desolado paisaje
De hierros y alambres,
De piedras y pisadas huidas.
Y al fondo, cuando ya nada arde,
Un niño grita, buscando a su madre.
Gloria Sánchez Soriano (Las Rozas-Madrid)
(Segundo premio Jóvenes)
La estrella fugaz
Todas las noches
Espero a la estrella fugaz
Para que un gran deseo
Se haga realidad.
Siempre espero y espero
Pero nunca llega,
¿cuándo llegará,
para que ese deseo se haga realidad?
A lo mejor una noche
Me lleve una sorpresa
La que siempre he esperado
Y la que todos sabéis,
Que venga la estrella fugaz.
Débora Sanz San Nicolás (Las Navas del Marqués-Ávila)
(Primer premio Infantil)
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