Dancing
por César M. Arconada
(Parábola, número 6, mayo 1928)
Y la tarde estará turbia de ojos negros.
Y el frío desbandará los brotes primaverales de los árboles.
Y los autos abrirán espesuras de distancia por el bosque de las
[sombras nocturnas.
Y la gente traficará. Vivirá. Llenará de minutos sus bolsillos.
[Sembrará pasos y elevará sonrisas.
Y todas las máquinas estarán dormidas en su domingo de anclaje.
Pero nosotros estamos ahora desvividos en fanales de música.
(Dancing. Farolillos de corazones. Ajedrez de amor en los
[manteles.
Frisos de ruidos. Risas. Oleajes. Pupilas de té.
Cabelleras rubia oxigenadas de melodías.
-Y la bella: bella. Y el bailarín: bailarín. Y mañana,
las mecanógrafas tendrán tinta de ojeras para las cintas de sus
[máquinas-.)
Mi frente en tu frente. Tu cuerpo en mi cuerpo. Uno en otro
Dentro de la concavidad de los ritmos.
El baile nos centra en su eje de aguas azules.
Flexiones y vuelos. Redondo periplo al margen de mesas
Habitadas por tribus de cristalería.
En tu frente noto el calor de las estrellas –altas- de tus sueños.
Y en las manos –Mecanógrafa mía- las pulsaciones de la máquina
[de escribir.
Llueven fusas de tango y desmayos de luces veladas.
-Y la rubia: rubia. Y el amante: amante. Y luego,
las costureras tendrán hilos de amor para coser sus sueños-.
Arriban a la comba de mis brazos –bahía en angostura-
Palpitantes perfiles, truncos de ritmos ágiles.
Los pies devanan música. Cantan fuego los corazones.
Años tiernos en tumulto. Agitación. Saltos. Alegría.
Todos tenemos en acción los émbolos del baile.
Apóyate en mis ojos. Los dos hemos andado kilómetros de abismos
Entre vientos de música y tráfico de apretadas parejas:
No sabemos si fuera bullirá igual el mundo,
Ni si se habrán borrado nuestros propios caminos...
-Y la joven: joven. Y el burgués: burgués. Y esta noche
todo dormirá –por fin- su ritmo de orden-.
CAMINAR CONOCIENDO, PÁGINA 13, Nº 9
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